Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Maggie Gyllenhaal



Las platónicas (musas a mí): Maggie Gyllenhaal
La primera vez que la vi fue en Donnie Darko: la hermana mayor trepidante y sensual que al final no era tan fatal como parecía; de esto se faculta la belleza de Maggie Gyllenhaal, un cuerpo tan
delicado y un rostro de niña que invita a la tentación. Sus papeles –y ojos- siempre han tentado fibras perversas y no por ello ajenas al amor, tenemos ahí el magnífico caso de La Secretaria, moriría porque colocara una cucaracha en mi edredón.
Capacidad histriónica (dos veces nominada), hija de director de cine y escritora dieron como resultado este encanto de retoño. No sólo Bruce te llora, nosotros también te lloramos Rachel, mi Sherrybaby.

Aromas de la “A” a la” Z”


Alcoba: olor a gato, aroma a shampoo, esencia de cobijo.
Bossa: aroma de espuma, de cocina de ayeres.
Cosmos: olor a infinito e incienso de estrellas. Oler la nada.
Dedos: aroma variante, un tanto penetrante.
Elote: olor a tamal, humo de hoja.
Fisuras: aroma en fuga.
Gendarme: tufo que disfraza el miedo en uniforme.
Huesos: olor a tierra. Si del frío pudiese oler. 
Imán:
 esencia de atracción. Reciprocidad de aromas.
Júbilo: aroma minúsculo de fe.
Kilowatt: electrificación nasal (aroma sináptico).
Libro: aroma de letra húmeda permanente. De otros ojos, de otras manos en cada página.
Lluvia: frescura, espejo amable. (sic) Eré
Música: olor anímico, fragancia inyectada en vena de por vida.
Nombres: el nombre se puede “leer “y oler, cuestión de tiempo.
Ñengo: olores subestimados.
Opio: aroma interno del alma enclavada.
Pezón: esencia fémina, perfume que alimenta y enciende.
Queta: olor a Johnson, la esencia de su falda.
Rocambole: aroma a instinto, tufo de redención.
Saliva: depende (hedor, amor, rabia, desprecio) olor, sabor de pasión que acomode.
Tijeras: aroma cortado, a veces no del todo inhalado.
Ummagumma: olor a jardines del pandemónium.
Vanguardia: olores que siempre van por delante, dejan estela y atrapa a quien merezca.
Who: olor cualquiera ¿Pero de qué o quién?
Xalapa: olor a vida.
Yavhé: aroma idealizado.
Zeta: tufo de atribución maliciosa. Son ellos no yo.

Cómprame un boleto a Vietnam


“Si escribiera poemas, escribiría en primer lugar poemas con descripciones de medicamentos. Sólo los grandes novelistas japoneses manejan bien la voluptuosidad estética de las medicinas de patente. Tanizaki Junichiro, por ejemplo, es muy cuidadoso con estas descripciones. La ley poética exige que pasemos la receta al lector y especifiquemos claramente y sin lugar a dud
a o error nombre comercial, fórmula, laboratorio, dosificación, horarios y vía de administración, así como efectos, tanto buscados como laterales, y, con menos precisión, diagnóstico, pronóstico y etiología de la enfermedad. Los caminos del realismo son inagotables y hay que evitar a toda costa, no sólo en los poemas, sino en todo, eso que es puro excipiente c.b.p. , neutro, pardo, sin sustancia alguna actuante y redentora.


Exploremos el esplendor verbal de la farmacopea. Voces suntuosas, las terminadas, por ejemplo en “pina”, como Carbamazepina, ingrediente básico del Tegretol, que es específico para la epilepsia y la neuralgia del trigémino y tiene como efecto secundario causar cierta somnolencia. Lo producen los laboratorios Geigy y puede usarse en poemas sobre Julio César, Flaubert y Dostoyevski, que sufrían la enfermedad sagrada…”
Discutibles Fantasmas, Hugo Hiriart
-¡Salud! Hugo Hiriart de mis autores favoritos. Este señor siempre debe estar fumando marihuana, picando mezcalina ¿No lo crees?
No hay respuesta.
-O la otra opción: debe estar loco. ¿Tú qué crees?
-¿Que si tus funciones son mejores bajo el efecto de la mezcalina o alguna otra sustancia? ¿O que si luces mejor como loco que intoxicado?
-¿Eh?, sí… ¿Me ubicas más como loco o como sustancia?
-Yo creo que quieres ser parte de todas ¿No?
-No sé, las mieles de la locura casi nunca tocan la puerta. No tienden a presentarse. Así que nunca puedes saber si en realidad has perdido la razón.
Por ejemplo, un día te despiertas y el primer pensamiento que te viene a la cabeza es que te has vuelto loco. Esto sería discutible, ¿cómo podrías ser consciente de que enloqueciste? el saberlo es antítesis de la locura, no podrías por tanto estar loco; lo supondrías, lo inferirías, pero en realidad no lo estarías. La locura llega al trono, se sienta y te “reina” sin saberlo.

-De acuerdo. Pero ahora yo te cuestiono, primero te describo la premisa: Si alguien se pregunta y se responde así mismo, es más da pausa, tiene paciencia para la anhelada respuesta, ojo, ese alguien está solo, es emisor y receptor al mismo tiempo ¿Cómo definirás entonces su estado mental? Y te lo digo porque es precisamente lo que en este instante estás, estamos haciendo.

No hay respuesta.

Watchmen mediático




Anexo VIII “El honor es como el halcón… A veces debe usar capucha”
Es un artículo escrito por el editor del New Frontiersman (Godfrey); en él se describe la relevancia del héroe enmascarado para con el pueblo estadunidense, haciendo algunas
 analogías bruscas, y sí porqué no, inverosímiles (el Álamo, el té de Boston, el Llanero solitario por mencionar algunas) para entender-comprender la presencia de éstos como símbolos de la identidad nacional.
Crítica la postura del Nova Express, describiéndolo como un periódico comunista, ya que éste desacredita la “resurrección” de las figuras heroicas. Godfrey culpa directamente al editor del Nova (Roth) sobre su responsabilidad directa en el exilio de Manhattan (el caso del cáncer y la difamación venidera), le relaciona también con el gobierno de la U.R.S.S.
Godfrey defiende –textualmente y ferozmente- la presencia de los enmascarados, ya que determina en ellos el compromiso de la justicia verdadera, aquella que no es ejecutada por los que crearon las leyes lánguidas e inútiles, sino por los hombres puros que apelan por la libertad. Toma una mención atrasada del Nova en donde comparan a los enmascarados con el Ku Klux Kan; Godfrey la desacredita defendiendo la postura de éstos, les justifica mencionando que ellos defendieron cierto territorio norteamericano del insulso mestizaje, llamando a las otras culturas: “culturas menos avanzadas moralmente”. Describe en totalidad al Nova como anti norteamericano.
Demanda al gobierno que investigue quién patrocina al Nova, acusando directamente a los “rojos” de dicho patrocinio. Cierra diciendo que lo que describe y dicta el Nova va en contra de las tradiciones y valores de su país.
Hay un cartón en donde se presenta a la figura del héroe en una emulación muy cercana del superhéroe anglosajón (Superman) el cual va uniformado con la bandera de Estados Unidos, el mismo se encuentra sobre un ring. A su espalda una figura satirizada de Roth le dice: “¡Vamos, quiero una pelea limpia! Le rodean una mujer negra exuberante que le acecha con drogas diversas, un mafioso regocijante de capital, una figura gansteril, atrás de ellos puede verse a un soviético con una bomba (en la que está dibujada la insignia de la hoz y el martillo) en la mano; un vándalo le apunta con una resortera, lleva puesto un mandil en el que se puede leer: Delincuencia Juvenil. Entre el público se ve a un hombre calvo dormitando, a su espalda puede leerse “público en general”, alguien más lleva un banderín el cual dice “Keene” haciendo referencia a la ley que censura a los héroes de cualquier actividad; una mujer con sus hijos miran con horror la escena mientras la estatua de la Libertad llora.
Todo lo mencionado nos da un claro punto de la presencia de los medios gráficos y la influencia directa que tienen sobre el pueblo estadunidense en su postura al respecto de la figura del héroe. Por un lado el New Frontiersman nos describe una visión ultraconservadora, xenofóbica y paranoica, determina en los enmascarados el símbolo más puro de su nación, la pone como el defensor neto de sus derechos; estigmatiza toda condición y atribución del mal asumiendo así la descomposición social a los comunistas, socialistas, a los drogadictos, a los atípicos, todos aquellos que manchan la identidad nacional, incluyendo otras razas; la sátira es más que clara, hace evidente en figuras estereotipadas dicho ataque y atribución maliciosa.
Por otro lado la postura del Nova Express vacía toda esa descomposición en la figura de los héroes, pues traslada su función y tarea en mero hecho gubernamental, héroes al servicio del gobierno que violentan los derechos civiles. Podemos entender que ambas posturas son equivocas y que sólo responden al miedo eminente de una posible guerra nuclear en puerta, dando pie –realmente- a una “guerra de medios y civil de una nación”. Queda entre dicho la verdadera intención de los enmascarados, en la que hasta ahora podemos dar cuenta que es relativa y sí, muy particular, dado que cada uno de los Watchmen responden dicha función a sus propios intereses particulares, son exclamación de sus propios miedos, reafirmaciones, lucubraciones , complejos e interpretaciones de una sociedad que ha perdido su identidad y rumbo, misma sociedad que en algún momento respondió a las hazañas de éstos, pero que ahora en un “mundo moderno” en descomposición no tienen ya cabida. Héroes “que no son necesarios”, pero que son requeridos como figuras mesiánicas, alejadas si del ideal –utópico- del consenso, más necesarias para salvarles no de una guerra sino de sí mismos. La intención de proyectar las responsabilidades que les han llevado al error tan grave ante el cual sucumben.
Cualquier similitud es –y no es- mera coincidencia… Porque la Guerra Fría se traspoló a nuestros corazones.

Presidente



Un “ídolo” observa una foto-lamina pegada en el que fue su salón de clases durante la primaria.
-Sí, estoy seguro, ese del “poster” es el Presidente Díaz.
-No. No es él. Es Ricardo Flores Magón.
-¿El de la independencia?
-Ah… eh, más o menos.
-… ¿Sabes cómo se dice Presidente Díaz en inglés?
-No, me atemoriza saber cómo.
-Se dice: President Wayne. Ignorante.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Suspiro




-¿Pero esta vez no comenzaba a voltearse lentamente el vaso que flotaba sobre ti mientras pensabas que estabas despierto, la sensación aquella de que algo  te derramaría? Eso fue muy inquietante.
-Esta ocasión no podía despertar… Espera, alguien tocó la puerta. Deben ser ellos ¿Tienes lista el arma? Les dije que tú la conseguirías.
-La tengo, ve abrirles.
-Pasen, no se queden allí pasmados.
Caminaron el largo pasillo de la sala, parecía que se negaban a llegar a su destino. Adentro les espera él, el de los dientes amarillos. En la mesa el arma, una botella de ron a la mitad y ni un solo vaso. Cinco sillas alrededor, los tres hombres adentraron a una atmósfera de humo; justo en ese momento se llevaba otro cigarro a la boca el tipo de los dientes. Uno de los hombres se quitó la chaqueta colgándola en lo que parecía un busto de una medusa, tenía las cuencas vacías. Alguien no temió a preguntar que si en verdad lo harían: “Pudimos llegar a hacerlo, aquí estamos, nos lo hemos demostrado. Fin de la historia, celebremos”.  Todos miraron primero el arma, un acuerdo sin palabras en el que decidirían quién lo mataría por cobarde. Las miradas pasaron del arma al rostro del osado, el invadido por las miradas fue el primero en sentarse y más adelante el primero en turno. Por supuesto nadie pidió un  vaso, comenzaron a beber directo de la botella; el anfitrión les veía desde el centro, llevaba otro cigarro a su boca (un tumulto de colillas invadían su rededor). Sonríe –malicioso- se notaba muy extasiado. Los hombres bebían repetidas veces de la botella,  en fracción de minutos la botella estaba vacía, murmuraban pero en realidad no decían nada, se olvidaron hasta de saludarse. Quien les había recibido tomaba el arma, abría el cilindro; el anfitrión sacaba la única bala de su bolsillo y la colocaba en la mesa: desde ese momento hasta que cargaron el arma los hombres no dejaron de ver la bala. La ruleta y el giro comenzaban. El que parecía menos ansioso recordó que en ese mismo lugar un globo entró por la puerta una noche, y de la misma forma se fue, sin sentido, sin disimulo. Hubo muchos testigos ese día, se aterró.  Sabía disimular muy bien, siempre lo hizo,  en si impetuosamente giro el arma en la mesa, el cañón señaló en dirección al cobarde. Lo hizo muy rápido, al instante vieron como tenía el arma en la boca y jalaba el gatillo. Nada, sólo el rebote del gatillo y el sonido del girar del cilindro. Una sonrisa de supervivencia fortuita le invadía el rostro, les mentó la madre a todos. Quien cargó el arma pidió ser el siguiente, defendió el derecho argumentando que al había sido el primero en apoyar la idea de hacer esto, prosiguió su defensa, derecho: sin él nadie estaría sentado en esta mesa. Nadie omitió, se colocó el arma a la garganta, 15 segundos pasaron y decidió jalar el gatillo: estalló y desperté.  Me quedé dormido en la silla cerca del busto de medusa, enfrente tenía al anfitrión de la casa , un gordo  blanco, pálido de cabellos amarillos como sus dientes, sonrisa  sellada con la misma excitación. El cañón apuntaba a mí, era mi turno, rogué que fuera un sueño, un globo salía por debajo de la mesa, tenía forma de corazón. Tomé el arma y me la llevé al pecho, disparé, no hubo detonación, una oportunidad. Al instante me mareé. El hombre se acercaba mientras yo estaba acostado en el piso, su sonrisa amarilla que entre dientes escupía muy cerca de mí una bala.
Despertó en su  cama, todo en su lugar. Se llevó las manos al rostro comenzando a palparse, quería empezar a convencerse por saber que él era real. Así fue. Alguien dormía a lado, estaba completamente cubierto por las sabanas, el cuerpo estaba encogido. Respiró profundamente, abandonó el pánico al instante. Comenzaba a remembrar, a ser lógico, “debe ser mi novia” se dijo. Levantó las sabanas para ver no un cuerpo ahí sino la necesaria consecuencia de sus circunstancias: un arma y una bala. Respiró de nueva cuenta aliviado.

jueves, 1 de noviembre de 2012

¿Por qué ver Cosmopolis?



En primer lugar es Cronenberg, hace unos días hablaba con un buen amigo de él, me explicaba algunas condiciones un tanto determinadas en su cine: fórmulas, técnicas, narrativa, Cuál sea: desde las tomas, las luces y su uso de sombras, sus cáusticos y eróticos viajes internos. Su primera etapa subyace entre el terror  y la descomposición eventual venidera después en las transformaciones; yo le pensaría como la larva que se hace mariposa, aunque que con Cronenberg a veces la transformación se da al reverso: mariposas que se convierten en larvas, larvas que se convierten en hombres, instintos que se convierten en acciones, y en esta última película farsas que se convierten en sociedades y futuros que se mosquean mucho antes de estar podridos.
Además es la adaptación de una novela del mismo nombre que se antoja muchísimo leer, ¿y por qué lo digo? Su autor Don DeLillo  en conjunto con Cronenberg hicieron de la imagen y el contenido un serial de situaciones que más allá de la reflexión te proporcionan la lamentosa premonición de que nuestra aldea global está cada vez menos inacabada, es pintura en lienzo de dolor de realidad navegable. Aquí las frases, citas que más hacen ruido:
·         Una rata se convirtió en la unidad monetaria.
·         Una persona puede ascender con una palabra y caer con una silaba.
·         Creo que estás dedicado a conocer. Creo que adquieres información y la conviertes en algo estupendo y horroroso.
·         No confíes en los modelos estándares, piensa libremente.
·         Siempre fui más joven que todos a mí alrededor,  y un día eso comenzó a cambiar.
·         ¿Quiénes mueren los fines de semana? La gente.
·         -Huelo sexo por todo tu cuerpo.
               -Es sólo… es hambre lo que hueles.
·         El tiempo es lo que nos asusta todos los días, ¿no sabes eso?
·         Eres uno de esos niños susurradores pegados a los sombras.
·         Tanta ciencia y ego combinado.
·         La ciudad es una máquina de ruidos, se le añaden en cada siglo.
·         Porque hay un tipo de sexo que purifica, es al antídoto de la solución, es un contrario al veneno.
·         El dinero ha perdido la cualidad narrativa, lo mismo le pasó a la pintura en su momento.  
·         Si supieras cuan desvergonzada soy frente a cualquier cosa que se llame una idea.
·         Los números corren, el dinero crea tiempo. Solía ser al revés, el tiempo aceleró el triunfo del capitalismo. La gente empezó a pensar en la eternidad, y comenzaron a concentrarse en horas, horas medibles, horas humano usando el trabajo más eficientemente. El capital Cyborg crea el futuro.
·         Porque el tiempo es un bien corporativo. Pertenece al mercado del sistema libre. El presente es más difícil de encontrar, ha sido sacado del mundo para abrirle camino al futuro, el mercado sin control es un gran potencial para invertir. El futuro se hace inexistente y por eso algunas personas han sido demandadas, quizás hoy para corregir la aceleración del tiempo. Para regresar la normalidad a la naturaleza.
·         ¿Cuál es la falla de la racionalidad humana? Finge no ver el horror y la muerte al final del camino.
·         El futuro siempre es distante, un lugar donde somos felices y altos. Esa es la razón por la que el futuro falla. Nunca puede ser el lugar cruel e infeliz que queremos hacerlo.
·         La voluntad de destruir es una energía creadora.
·         La genialidad altera los términos de su hábitat. La tecnología es crucial para la civilización, ¿por qué? Porque nos ayuda a construir nuestra fe. No necesitamos a Dios o milagros,
·         Te diré lo qué pasa, no sé cómo ser indiferente, No puedo hacerlo, me hace susceptible al dolor.
·         Hay suficiente dolor para todos.
·         Soy el Secretario de Asuntos Foráneos en mi vida anterior.
·         Me he vuelto un enigma para mí mismo… como San Agustín, aquí yace mi enfermedad.
·         Tu forma de vida es contradictoria por eso creaste tu propia caída.
·         Las cosas que creo se vuelven hechos, tienen  el tiempo y espacio de hechos reales.