Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

lunes, 31 de octubre de 2011

Utópica



1. Todo pensamiento tiene la libertad y obligación de solidificarse; hay un sistema regulador el cual determina si dichos pensamientos –después materias- no afectan la seguridad y libertad de otros.

2. Soma, pero regulado. Se dará prescripción de éste sólo a psicópatas y desahuciados.

3. Oligarcas, dictadores, presidentes y delincuentes de cuello blanco estarán encerrados en una prisión tridimensional. Sin riesgo alguno para con esta realidad, ni para el retorno de éstos.

4. Ruptura de la lógica capital; no hay moneda, ni mercados. Se retoma el trueque.

5. El pensamiento occidental y todos sus vicios son hechos caducos; carácter predominante del pensamiento oriental, dejando fuera de éste todo asunto: fundamentalista, tropiezo fanático, narcisismo o genocidio.

6. Máquinas del tiempo. Posibilidad de interceder realidades. Las modificaciones de eventos no tendrán repercusiones sobre el resto (civilización) si éstos no lo desean. Se integran los micro universos individuales y colectivos.

7. Bibliotecas y jardines obligatorios en todo territorio o zona perteneciente a este nuevo mundo; obras y títulos diversos, tanto textos físicos como virtuales. Área de cómics y novelas gráficas (autores de todo el globo, lo que ahora signifique eso).

8. Exhibición de cintas cinematográficas de todas las épocas, de todos los tiempos. Se recuperan clásicos perdidos, nacerán nuevos clásicos. Regresa el auto-cine.

9. Los monopolios son un delito grave, se castiga con exilio dimensional.

10. Los medios de comunicación serán regulados por un filtro, no hay opción para enajenados, brutos, vulgares o nihilistas. La programación y los productos responderán a una intención lúdica mas no enajenante y estúpida.

11. Habrá museos en donde se exhiba la miseria y estupidez de las antiguas civilizaciones. Un recordatorio permanente del lugar adonde no tenemos que regresar.

12. Pluralidad y relativismo en cualquier disciplina artística.

13. Atención inmediata a disciplinas como: la Filosofía, la Historia, la Semiótica, la Psicología, la Sociología, la Antropología y toda ciencia orientada a las Áreas de las Humanidades. Éstas como se mencionó, no se limitarán al pensamiento y efecto occidental; el Confusionismo, el Tao, el Budismo, el Hinduismo, serán unas de las muchas opciones de introspección, aunque se seguirán respetando las viejas orientaciones y cultos. Serán cesados y expulsados de inmediato aquellos que hagan rentable la fe de los ciudadanos.

14. La Alquimia tendrá un nuevo sentido y propósito en los habitantes de esta nueva sociedad. Ellos serán su propia piedra filosofal.

15. Cafés y bares en donde sólo se toque música en acetatos; géneros diversos.

16. Legalización de drogas; se realizarán estudios holísticos con el propósito de conocer el tipo de sustancia –acorde- según la espiritualidad, temperamento, carácter, psique, fisiología y personalidad del individuo. No se conformará un espacio de adictos fetiches, el sujeto que consuma alguna sustancia tendrá a su vez que crear algo que favorezca a la civilización.

17. Creatividad, obligación de todos (inventos, teorías científicas, arte, etc.).

18. Maltrato a los animales crimen altamente castigado. Los animales y la naturaleza (vida vegetal, marina, extraterrestre, intraterrestre y demás) serán respetados de la misma forma que el hombre.

19. Educación-de todos los niveles- gratuita, ajena a modelos constructivistas, trabas sindicales y cualquiera de esas limitantes. Los nuevos modelos educativos estarán sustentados en el auto-descubrimiento, el auto-conocimiento, la sensibilidad para con el mundo, reconocimiento interno y externo, y obviamente en ciencias y disciplinas que favorezcan el desarrollo del individuo. Cualquier nivel académico no tendrá una atribución de estatus o de valor (del tipo que sea), el fin único es la satisfacción del individuo que le emprende, y a su vez el beneficio aportado a sus conciudadanos con el conocimiento –no aprendido- interiorizado.

20. Reconocimiento de una Ética humanista; fuera cualquier Ética Autoritaria.

21. Las festividades de Día de Muertos instituidas en todas las civilizaciones. Tributo y honra a nuestros muertos. La navidad será tomada con una llana banalidad, aunque la gente –que guste- será libre de celebrarle.

22. No a la moralidad entendida en un dualismo (bien-mal), la moralidad entendida desde el mos, las costumbres, los hábitos, etc. La moralidad entendida desde muchas visiones.

Máxima:

“El sueño es el mito del individuo y el mito es el sueño de la humanidad”

C.G. Jung

martes, 25 de octubre de 2011

Entre subidas y bajadas




Mucho siento por esta ciudad, es mi madre y la madre de muchos que desde aquí no les veo. Veo sus casas, sus calles, sus edificios, sus autos. Escucho sus voces; es de mañana, voces de niños, estudiantes que deben estar a las afueras de la Primaria, en el Centro, entre calles angostas y atestadas de autos. Veo edificios, algunos muy antiguos, casonas ahora convertidas en locales comerciales. En medio se ve un callejón, un trayecto entre jipis y vendimia, restaurantes, cafés. Éste luce muy bien por las noches como otros tantos callejones de la ciudad. Cerca, la Catedral de una sola torre, muy pocos dan cuenta de esto y de lo especial que es (dejando fuera todo carácter religioso). A lado, una pequeña plaza, apenas unas macetas con flores para darle vida al cemento en el que supongo no debe de haber oriundo nacido aquí que no le haya pisado. Se dice que hace muchos años fue un parque, algunas fotos lo atestiguan. Lo último sucedido ahí y a mí parecer ya del imaginario, fue aquel día en que un campesino se inmoló. No hay placa, está enfrente del palacio de gobierno (sí, así con minúsculas) de bella arquitectura. Algunos de sus balcones dan a un parque, repleto de árboles, algunos muy altos y más viejos que cualquier habitante. Fuentes, bancas, sobrio y a la vez popular lugar de diversos encuentros (tribus urbanas, novios, estudiantes, trabajadores de gobierno echándose "bola", homosexuales ligando en la noche). Bajando unas escaleras a la otra sección del parque está una sala de cine y galería conectada a una Pinacoteca, ésta antes fue un acuario, de igual forma lo atestigüé en fotografías sepias. Un excelente mirador es otro de los atractivos del parque. De día o de noche es gratificante, es personal, cada quien ha escrito ahí sus particulares historias. Ves los techos de teja de las antiguas casonas, verdes, más árboles, agua que transita entre cemento. Si miras hacia abajo observaras una peluquería que lleva más de veinte años en la ciudad. Gente tomando café escondidos entre grandes paraguas. Si miras al frente verás agua, un lago rodeado entre, ajá, más árboles. La zona donde se encuentra este lago es cercana a uno de los barrios más populares, sobre todo en las fiestas del 12 de diciembre y en los aquelarres pandilleriles de la década de los ochenta. Una zona de banquetas amplías, peleadas a muerte con las raíces de los árboles que desechan cualquier intención de infraestructura medianamente bien intencionada; una armonía es la singularidad de ese lugar. Cerca está la casa de Arte de la Universidad, es la parte trasera de la Facultad de Artes, por cierto, de las de mejores instalaciones y academias universitarias, se ubica en una de las casonas del Centro, ampliada, remodelada, pero sin perder su aspecto original, ese aspecto neurótico de me resisto a darle el paso al tiempo. La Casa de Arte tiene un escenario al aire libre, su público -permanente- son Los Lagos, son cuatro, de unas aguas muy verdes y sucias, sin que dejen de ser espíritu de esta ciudad (espíritu revolcado); cuando les recorres siempre se siente algo diferente, sobre todo si llegas al último lago, es el más seco, es su parte más desértica, más anecdótica y apacible, entre árboles de nuevo. 
Regresando a las alturas, en donde el parque tiene al frente el palacio municipal vecino de uno de los viejos edificios de la ciudad, éste conserva sus paredes y pisos de un verde setentas. Muchos de los edificios de mi ciudad guardan sus correspondientes épocas entre sus pasillos, muros y pisos. Muy cerca está una de las calles más viejas de la ciudad, ésta guarda la época en su trayecto. Llena casi en su totalidad de casonas viejas, muchas remodeladas pero sin perder esencia, la misma esencia inyectada en las librerías de segunda mano (las mejores), en el bazar de antigüedades, en su iglesia casi escondida, en sus casas no tan viejas pero demarcadas en la sensación que irradia esa calle. Un mercado es el final, -los mercados de la ciudad son  historia- cerca de allí venden discos de acetato de uso. Cercana a la tienda de discos se encuentra una terminal de autobuses foráneos, sus destinos, ciudades aledañas (encantadoras también). De nuevo otro parque, al lado del deportivo (ahí fue la vieja y primera estación del tren). En ese parque se cambia de época, es un momento de la ciudad ciclado, es un parque muy poco frecuentado, los carros que pasan a su alrededor quizás no favorecen el gusto de estar, aunque no importa, es un pedazo atemporal único. No lejos, puedes ver la gran avenida en donde unos lavaderos son testigos del pasar de una modernidad que cada vez extingue más el espíritu de esta ciudad; si deseas aferrarte, callejonea, sube a la Sexta, seguro encontraras estrechas calles que chocan entre sí; caminaras en banquetas altas de pasamanos oxidados. Si eres melancólico agradecerías vivir en esa zona, se respira mucha nostalgia entre el abandono y el grafiti de una alberca sin agua, entre las comisuras notas lo que fue tal vez un club, se aferra a irse entre lockers de lámina picada. Subes, deseas regresar a un momento de alegría, el manantial de arena es la opción, su profundidad es la intención de borrar lo público, he de decir que los domingos no tiene la misma quietud. Hoy sus caminos lucen entre hojas secas, al pisarles truenan, estallan recuerdos de pozas grandes y cuevas artificiales en las que nos introducíamos, del sonido de aves y de ardillas observantes. Y del parque donde rentas bicicletas , en donde es corazón y sinceridad de esta ciudad, de lo más emotivo y triste cuando la vieja neblina regresa; la niebla y el chipi-chipi empiezan a ser fenómenos irracionales para tanta gente "racional". No es el mismo ánimo de esta ciudad, es un ánimo distinto, parece que nosotros, los habitantes lo sabemos y dejó de importarnos. Los estacionamientos y las franquicias desde hace mucho desdibujaron nuestros recuerdos.
...Tienes la oportunidad de visitar antiguas represas, una de ellas fue el motor de una maquiladora de los veintes, se ven sus ventanas rotas, el bullicio terminó, nuevos ruidos ocupan su lugar. De vez en cuando el agua de un río (ahora sucio) cobra venganza y pone a raya a los habitantes, se desborda y los desborda. Hay otro río que lucha mesurado, entre heces sigue corriendo a lado de las casas, el olor es "tolerable", así que sin inconveniente rodeas esa parte de la ciudad, caminando entre sus calles de piedra, terminas en verdes, dejando atrás el estiércol. El verde es apaleado por el cemento de una avenida conocida y entendida en zona roja, la oportunidad de caminarle en madrugadas o amaneceres es única y desoladora al mismo tiempo. Si quieres de nuevo huir, da vuelta a tu izquierda baja por la avenida del viejo presidente, llegarás a lo que fue la segunda estación del tren, ahora demolida -ni así me la quitaran- la tengo ya atrapada en muchas fotografías. En mi memoria aún ceno en el restaurante de barra inmensa; espero la próxima salida con destino no sé a dónde, sólo espero que me traiga de regreso aquí, en donde entre las vías y piedras sigue naciendo el verde.
En donde se halla el descanso, se halla autenticidad, los panteones de mi ciudad son auténticos, vivos estando llenos de muertos. Uno a uno, desde el más antiguo y sus tumbas de masones y aristócratas; aquél de donde se roban las flores y en donde los topos, las ratas, los tlacuaches,  las serpientes e indigentes comparten entre yerbas, y está el que te despide al salir al sur, sus tumbas entre montes y un pasto alto te dicen: adiós.
Mi ciudad desde hace mucho  no es la misma, un avaro le pintó de rojo (es fácil fincar responsabilidades cuando éstas son compartidas), ha sido difícil quitarle ese color, y los verdes que  prosiguen. En este momento tienen competencia de otros verdes, no en árboles o vegetación, sino en cascos y uniformes. La periferia de la ciudad es símil a cualquier ciudad en “desarrollo”: circuitos, avenidas, puentes, plazas, casinos, etc. Asuntos y cosas que terminan por darle legitimidad a las nuevas generaciones, a las nuevas sensaciones y estimulaciones. 


Mientras tanto yo esperaré que el Águila, inamovible venga a bajarme del mirador de este cerro que un día como esta ciudad fue un volcán. Es seguro que algún día hará erupción.  


Un puente cruza la ciudad, entre sus arcos yace un moho, verdad de nuestra humedad.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Cartel ochentero



Antes de la caída del Muro de Berlín “el fin de los tiempos” y de que supiese de las repercusiones que traería eso, pasé momentos excepcionales, y al referirme a excepcionales no hablo de buenos o malos, no, fueron momentos singulares sin carácter aburrido de binomio. Diez primeros años de mi vida, testigo y engrane de una yupi –colectiva- existencia; aun niño necesariamente fui –fuimos- influenciado por tendencias, pensamientos y direcciones. El país salía de las crisis, responsabilidad secundaria de un presidente que se comprometió a defender el peso como un perro, su único canino actuar fue el del saqueo. Atrás iba quedando el México del Mundial (gran chivo expiatorio), aquel que sentía íntima relación con el resto de América (sus disputas sociales, guerrillas y equidades hasta ahora impensables, adiós Lucio Cabañas). El país comenzaba a tener sus deslices de una ofrendad cosmopolita, deseoso de pasar de un subdesarrollo al desarrollo ya cantado en el artificio. En el 82 de la Madrid era el neto responsable del breviario nacional, entre el Gran Marquis y un LTD ominoso, del tinte para las canas al placer de los centros nocturnos. El resto del mundo celebraba al balón en la península Ibérica, el Ayatolá fungió como el villano de la historia, necesidad de un némesis inmediato que, en el débil Carter no hallaba correspondencia, fue en un ex actor donde se erigía la figura hegemónica; republicanísimo y en consecuencia conservador legitimo de los valores absolutos. Sus proyectos interespaciales emularon a la saga que en ese mismo año presentaba –para muchos la mejor, me incluyo- su segunda parte: El Imperio contraataca. Mientras tanto los infantes por acá construimos pistas imposibles entre la cárcel y la metita. En hoyitos y encantados quemábamos calorías luego recompensadas en chocorroles, mamuts, gansitos y frutsis. Muchos temerarios tomábamos agua directo del grifo a falta de un billete púrpura de Carranza. Pocos, recuerdo, compraban garrafones de agua, su peligrosa manipulación (envases de cristal) les hacían imprácticos, nuestras madres preferían hervir el agua. La Coca Cola familiar tenía vida promedio para tres días en el refrigerador. Una sacudida televisada vendría en el septiembre del 85, fue el primer trágico evento nacional televisado, un sesgo de solidaridad invadió el espíritu medianamente –y mediáticamente- corruptible de la nación.
En las fiestas de cumpleaños las filas para jugar el Punch Out eran muy largas, tan largas como las filas para echar el doble de Street Fighter, sólo así podías jugar con Ken. Las Turtles, las Tutankamon, las Cosmos y las Galaxi, allí también rentabas Beta y VHS; Los critters, los porkis, Hellraiser, Turbocop, Alligator, Cocodrilo Dundee. Mi primo trabajaba en una hamburguesería en la plaza donde estaba el boliche, aquel adonde llegaban los chicos después de la prepa, dejando sus trappers al lado de una Diet Coke. Zapatos sin calcetas y pantalones deslavados; ellas en el tocador dándole forma al fleco o acomodándose las hombreras. Igual el día en que vi Bala de Plata, He Man, Cobra o Pelotón en el multicinemas, cuando me aterrorizaban los carteles que anunciaban películas como el “Sacristán del diablo” y “el despertar del diablo”. Al mismo tiempo dos adolescentes en blusones -una de ellas llevaba el de Ziggy y la otra uno de Garfield- me sacaron la lengua mientras se comían su Danesa 33.
Ir a la primaria durante los ochentas fue un placer, entre los paseos en la vagabundo, la ojeada al Video Risa y los juguetes de mis cuates, envidié siempre la serie de ninjas que se estiraban. La fiebre ninja, películas y estrellas de papel ninja. Novedades echó muchas telarañas en papel, de 15 días y semanalmente la diversión con el amigable vecino allí estaba en el puesto de revistas, al lado a veces de los alarma juntito a las Ejea y su variedad de Sensacionales: mercados, sirvientas, albañiles, traileros y luchas. Las luchas de los sábados, tortuoso el hecho de que te gustasen las luchas cuando la mayoría les despreciaba; el Box y Lucha fue un inseparable acompañante. Los domingos en la Arena fueron irrepetibles, los jueves me quedé muchas veces sin ir, ese día no sólo luchaban los locales, venía Shadow Jr, El trío fantasía, Black Man y demás.
Y en el mundo, las olimpiadas de Seúl, la Guerra fría, la sacudida de Watchmen y un Miller que envejecía-rejuvenecía la figura de Batman –durante la caída del muro de Berlín un chico de la Alemania del Este enfundado en una playera del Murciélago corría eufórico hacia la libertad-. De muchos álbumes de estampillas me hice, no todos llené (era imposible encontrar algunas estampillas de Mazinger o de los Thundercats). Mi amigo, el hijo del diputado las tuvo todas; en su casa escuché mi primer CD, en sexto año escuchando a Quiet Riot, Megadeth, Warrant, Mr. Big, Poison, Alice Cooper, Skid Row, Iron Maiden, los primeros de Sepultura, los Alive de Kiss, el Bad Medicine entre otros. De cintas regrabadas de calidad Gauss me hice de mi colección, potentes sonaban en mi grabadora de doble casetera. Amaba mis L.A Gear y correr con ellos tronando huevos en las ventanas de los vecinos, libre de ir y venir, sin preocupación, sin angustia, mi futuro comenzaba a ser una predicción en la televisión satelital, y del sueño de tener un día Cablevisión. En la televisión me describirían el mundo, mis tardes saltarían del Tienda tras tienda de Imevisión a la MTV.
Ahora no tengo la necesidad de exigirle a mi memoria el colapso de imágenes deseadas, tengo cable, hasta internet, y conozco –reconozco- que aún teniendo todo eso anhelo en desmedida volver en un Delorean a los ochentas.