Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

viernes, 23 de abril de 2010

jueves, 22 de abril de 2010

Conjugaciones


Cuando estoy conversando con otra persona, el ahora que para mí constituye lo que estoy diciendo coincide con el ahora que para el otro constituye lo que está escuchando, o viceversa, aunque la situación del que oye sea distinta de la que habla. Sólo por esto ya sería distinta; y si hay diálogo efectivo, la distinción sería alternativa, pero puede serlo de otros modos: porque el uno interrogue al otro responda, porque el uno sea hombre y el otro mujer, porque sea uno el maestro y otro el discípulo, etc. Pero además, puedo yo referirme a una persona ausente, y preguntarme ¿qué estará haciendo?, es decir qué actividades ocuparan su ahora mientras el mío está ocupado por mi referencia a él. Y por lo mismo, puedo preguntarme ¿qué hará después?, porque sé que, inexorablemente, su ahora tiene un después como lo tiene el mío, el cual pienso llenar con la realización de algún propósito, y por ello me pregunto cuál vaya ser el propósito que llenara el inevitable después del otro. (1941, Nicol)


Se diría que justamente lo que soy depende de lo que ya he sido, y que yo no podría ser como soy, ni proyectar lo que proyecto ser, si no hubiese sido ya antes de un cierto modo, el cual dio como resultado mi presente actual. Pero una cosa es que mi presente dependa existencialmente del pasado, lo cual es cierto, y la otra que el presente, como tal, pueda ser definido por el pasado. Aquí lo cierto es lo contrario: de cualquier modo que yo pretendiese definir al presente por el pasado, me obligaría a definir previamente el pasado y esto no podría hacerlo nunca sino a partir, justamente, del presente mismo. El pasado no sólo se cualifica desde el presente, sino en función de la realidad actual constitutiva de este presente. (1941, Nicol)

Nota: De Psicología de las situaciones vitales de Eduardo Nicol. Horrendo que mi futuro sea mi presente; ahora mismo lo es, ahora ya no, ahora es ya parte del pasado, más al referirlo es ya un presente. Tu ahora constituye lo que estarás haciendo. Esto.

lunes, 19 de abril de 2010

Entrevista mágico alquímica misteriosa Sr. Moore (parte 6)

Arte Winsor McCay



Arthur: ¿Cuánto podrías haber seguido escribiendo sobre estos infiernos?


Bueno, no lo sé. ¡Me alegra haber parado! [risas]. No quiero decir que no vaya a ir a sitios oscuros en el futuro. Pero sí, después de haber estado en las alcantarillas de la experiencia humana durante un tiempo, no hace daño refrescarse un poco.


Arthur: Otra cosa sobre tus estudios sobre magia. Parece que lo hayas hecho todo por tí mismo. Como un autodidacta.


Eso es cierto. Normalmente cuando la gente se aclimata a la magia, lo que se les recomienda que hagan es unirse a alguna orden mágica o aceptar un profesor mágico o un gurú. Nunca he sido de ese tipo de gente. Probablemente se debe a algún problema terrible de mi ego o algún tipo de arrogancia... pero cuando me puse a escribir cómics, lo hice mirando todo el tema desde fuera, y después ensuciándome las manos. Apenas jugando. Experimentando. Arremangándome y jugueteando con las cosas, sin preocuparme si fallaba. Como un juego. Así es como aprendí a escribir cómics. Jugaba con las ideas, hice estas cosas que no debía haber hecho. Nunca tuve realmente un gurú o un profesor. Nadie me enseñó nunca a escribir. Todo lo hacía observando y después aplicando mi inteligencia a mis observaciones. Así que, como esa es la única forma que conozco de aprender algo, cuando me estaba metiendo en la magia, pareció que era la mejor manera para hacerlo.


Y bueno, está la cuestión de la iniciación. Hay gente que te dice, "no puedes convertirte en un mago iniciado a no ser que estés trabajando a la sombra de magos más avanzados". No me lo creo. Quiero decir, fui iniciado el siete de Enero de 1994 [N. del T. al contactar y comunicarse con el dios-serpiente], y creo que fui iniciado por algo mucho más alto que los magos [risas]. Algo mucho más raro. No estoy realmente interesado en la opinion de nadie sobre la validez de mi sistema mágico. Es algo que he trabajado yo mismo y con la gente con la que he hecho cosas, y estoy preparado para demostrar lo que sea; si hago algo y la gente,... estoy bastante preparado para que la gente me diga, no, eso no es magia. O eso no es bueno. [risa suave]. Estoy preparado para hacerlo abiertamente, en un escenario, en frente de cientos de extraños y que decidan si es magia o no. Esa me parece la manera más justa. No evitar la crítica haciendo las cosas tan sólo en habitaciones oscuras con un par de colegas Iniciados. Hazlo abiertamente, donde la gente pueda ver lo que tienes bajo la manga. Donde puedan ver el humo y los espejos. Y donde puedan ver lo que parece auténtico. Ese es mi principio básico.


Arthur: Y como estábamos diciendo, los magos han hecho arte y representaciones,...


Aleister Crowley representó los Ritos de Eleusis en Londres, utilizando música, perfumes, cánticos, rituales, danza, tenía a Victor Neuberg bailando en esa. S.L. MacGregor Mather hizo unos Ritos de Isis. Juntó a la Sociedad Golden Dawn. Kenneth Anger, alguien a quien admiro mucho, él y otra gente que está ligeramente afiliada con él -Maya Deren-, este es el tipo de gente que ha tomado las viejas ideas de la magia y pensaron, "bueno, ¿por qué no aplicarles la tecnología que tenemos ahora? Eso es lo que hicieron siempre los magos anteriores a nosotros". El hecho de que todo nos parezca arcaico, es porque las cosas ERAN arcaicas [ríe] en la vida real. Si hubieran tenido acceso a la imprenta, a videocámaras y a equipamiento para grabar sonidos, ¡lo habrían usado! Estoy seguro de que John Dee habría sacado varios CDs con sus corales enoquianas. No tenemos que encerrarnos en el pasado. Kenneth Anger era lo bastante perspicaz como para ver que el formato película era a su manera, como cualquier forma de arte, una tecnología mágica. Puede utilizarse para crear efectos asombrosos. Mágicos, quizá.


Pienso que todo regresa al hecho de que originalmente no debió haber diferencia entre la magia y el arte. Cualquier forma de arte debe haber empezado como magia. Las artes visuales más tempranas que tenemos son las pinturas en las cuevas de Lascaux. Ahora bien, eso es chamánico. La forma en sí en la que estaban dispuetas las pinturas en Lascaux, tal que tienes que ir por una serie de pasillos muy estrechos, casi en cuclillas, antes de que llegues al centro de la cueva donde están estos dibujos maravillosos de animales. Debió haber sido como algún tipo de iniciación. Se te lleva a través de la oscuridad... y cuando llegas a la cámara central, probablemente iluminada por el fuego, no habrías visto dibujos de animales en la paredes: habrías visto animales volando por la habitación. Porque nunca habías visto antes un dibujo. Imagínate lo que sería la propia idea de representar antes de que la gente tuviera la idea de lo que es la representación visual. ¡Menudo acto mágico era pintar marcas en la pared de una cueva y que todo el mundo entendiera de que esa especie de línea jorobada era la espina de ese buey que matamos hace dos días! Y entender que una línea en una pared ERA de alguna forma el animal, quiero decir, eso es algo que no podemos entender ahora porque estamos acostumbrados a mirar a un dibujo y pensar, "si claro, bueno, es un dibujo. Es un dibujo de una vaca, es un dibujo de un caballo". Pero en aquel ENTONCES, menuda voltereta increíble de la consciencia, descubrir el arte para representar cosas, que por supuesto, lleva al lenguaje escrito. La primera gente en hacerlo habrían sido magos.


Mira lo que hizo Winsor McKay con Gertie el Dinosaurio, su primera película animada. Usaba trucos muy simples allí. Había uno en el que caminaría entre bastidores, y esto estaba calculado para que coincidiera temporalmente con una figura animada de McKay entrando e interactuando con su dinosaurio animado. Ahora bien, la audiencia en aquel momento, y esto es a principios del Siglo XX, creían en su mayor parte que realmente habían visto un dinosaurio en el escenario. No tenían el concepto de película animada. Incluso si el paisaje animado que habita el dinosaurio tiene un fondo que parece extenderse un par de millas, con un montón de pequeños lagos en la distancia... [ríe entre dientes]. Incluso aunque la gente en el cine sabía que las dimensiones del edificio eran apenas veinte metros antes de que llegaras a la pared real y al aparcamiento. De algún modo, sus percepciones, no tenían un concepto para una película animada plana. Les parecía que debía haber un dinosaurio en el escenario. Este gente son casi contemporáneos de los nuestros, así que... quizá eso nos da una forma de entender cómo afectaron esos dibujos en Lascaux a los primeros que los vieron, que no tenían concepto del dibujar en sí.


Y escribir, claro, debió ser una herramienta mágica increíble para los primeros que lo inventaron. ¡Debió ser como la telepatía! Habrías sido capaz de trasladar tus pensamientos a otra persona que estuviera a millas de distancia. [ríe entre dientes] Habrías sido capaz de grabar tus pensamientos relacionándolos con un momento temporal fijo. Incluso podrías haberlos grabado en órden. Esto es el principio de la consciencia humana. Y es a través de un acto mágico, y es a través de un acto artístico. Está la danza. Toda representación debió ser originariamente chamánica. En cierto sentido, todo viene de la magia. La magia es cierto tipo de ciencia inclusiva de la existencia, la cual rompemos y dividimos en partes, ya que siempre vamos muy por el lado del reduccionismo. Si no puedes entender la cosa al completo, rómpela en partes pequeñas que puedas entender. Así que la magia es el primer paso para todo, eso creo. Casi toda la aventura humana debió empezar en un contexto cuasi-sagrado.


También creo de algún modo que es hacia allí hacia donde vamos, también. Pienso que vamos hacia una especie de reintegración. Hablando qabalísticamente, los dioses de la magia y del lenguaje son los dioses de la ciencia. Mercurio es el dios de la ciencia; es también el dios de la magia. A veces me pregunto si quizá no ha habido tal dicotomía entre estas cosas, como la que imaginamos que hay. Quiero decir, sin duda hace más de dos o tres siglos, cualquier científico era un hechicero. Newton era alquimista. Porque por aquel entonces, la alquimia era una ciencia respetable.


Empieza a parecer como si, eso, como si la ciencia fuera el vástago de la magia, pero de alguna forma la ciencia se ha ido haciendo mayor, y siendo esta hija una mocosa un tanto desagradecida, ahora se avergüenza de sus padres, porque la Magia está ahí sentada en una esquina dibujando formas en el aire, murmurando encantamientos y babeándose la barba. Pienso que a la Ciencia, si pudiera, le gustaría tener a la Magia metida en un psiquiátrico, o en algún asilo de ancianos, en uno de esos sitios donde no le avergonzara así. Pero como suele suceder con los niños que se rebelan contra sus padres, cuanto mayor te haces más te encuentras con que te vas pareciendo a ellos...

lunes, 5 de abril de 2010

Altruismo underground (crónicas marcianas)


Psicología social, altruismo fue el tema, y requerida una presentación mostrando dicha virtud en la comunidad. Se presentaría la próxima clase. De esa forma seríamos evaluados. Mi equipo se integraba por dos amigas –que aún conservo- y dos más; clasificándolos como un flaco que el primer día de clases llevaba puesta una playera de Elton John. Fue poco común. El otro, un temperamental sorpresivo. Omitimos la encuesta, la entrevista. Lo flojo de los números y las respuestas irregulares, cambiantes, no iban a decir nada de esa acción. Todos somos buenos cuando nos lo preguntan, todos pondríamos el pellejo en riesgo a la salud del otro, y de ser desconocidos, cuanto más, sin dudarlo lo haríamos. Brindaríamos ayuda a cuanto neurótico, histérica y empedernido topásemos. Sin reparo. Esto no demostraba nada. Un experimento social, una situación desconcertante. Como aquella vez, donde pensamos arrojar un maniquí relleno de menudencias y viseras desde el tercer piso a la explanada de la escuela. El propósito: ver la reacción del estudiantado. Tomaríamos como muestra el gran índice de suicidios escolares de aquellas generaciones. Quizás un estudio consensuado de este fenómeno respondería quiénes estudian psicología y por qué. No hay mejor forma de conocer nuestra verdadera respuesta a algo, como siendo el origen y la intención de ese algo.
El centro de la ciudad, una hora muy transitada y un robo de bolso simulado. Un arrollado podía poner en jaque parte del centro y corríamos el riesgo de la pureza del acto; alguien podría salir lastimado o más. ¿Auxiliar a un animal desamparado?, No. Suficiente se ha demostrado su lealtad. No hay caso, ni razón de ponerlos en riesgo (a los animales). Mejor un evento mediático, casual. Un atraco menor. Un simulacro ajeno a daños.
Los policías del área dieron la autorización del robo, intervendrían sólo si algún ciudadano se viera en riesgo. Mi amigas –una cargaba el bolso- ocuparon su lugar en la parada de autobuses, entre la gente. El flaco cargaba la videocámara esperando la señal en una esquina. El temperamental tomaría nota de lo sucedido a manera de bitácora, obvio sería muy descriptivo. Yo me haría cargo de arrebatar la bolsa y salir huyendo; el último elemento del experimento fue aleatorio. Él, ella o ellos eran el objetivo. Quedaría documentado el sacrificio. Observé a cada uno en su punto y corrí a arrancar el bolso. Lo jalé con mi brazo izquierdo, ni una pizca de resistencia según lo planeado; ambas gritaron pidiendo ayuda. La mirada de la gente se clavó en sus bocas, manoteos y gritos, para luego verme a mí mientras escapaba. Entré al pasaje -al frente de la parada- sentía que corría entre estatuas. Locales abiertos y miradas desconcertadas. Pensaba en lo bien que quedaría el video. Sentía en realidad estar huyendo. La gente absorta, yo corriendo. Subí las escaleras, me sacarían al otro lado del pasaje. ¡Allá va! -gritaron unos- Entre la muchedumbre se abrían paso tres policías, siguiéndome. No estaban contemplados. Darían mayor credibilidad. Serían el parámetro, alguien haría algo o bien, se lo dejarían a quien tiene que hacerlo. Los dejaba atrás: de ser atrapado no habría consecuencias, finalmente era un montaje del que tenían conocimiento. No me alcanzaban. Subidas las escaleras, al fondo, se hallaban cuatro policías y dos Rottweiler. Regresé. El sentido, ganar tiempo. Alguien debía detenerme. Un valiente, quien tomase el control. Imaginaba lo tremendo de este video. Las correas jalaban a los policías. Corrían rápido. Me interné en una multitud, por un instante el primer grupo de policías me pierde. Esquivo a una señora gorda viendo zapatos. Se cierran los grupos, ahora siete policías y dos perros me persiguen. Hay mayor afluencia, ya no podía esquivar gente. Vi a uno de los perros tan cerca, mis piernas luchaban. Chocaba un puño mi mejilla derecha. Las rodillas se me doblaron. Caía sobre mi espalda y una pierna torcida. Un viejo de chaleco naranja y lentes empuñaba su potente izquierda. Me observaba. Me vigilaba. Los ladridos de los perros en la nuca. Uno de los policías me jalaba la camisa, otro me daba macanazos en la espalda y un tercero me jalaba del cabello. El plan inicial quedó atrás; la cámara capturando a detalle cada instante. Pronto llegaría alguien a explicar el mal entendido y me soltarían. Una de las amigas casi en llanto les pedía que me dejaran, no lo hicieron hasta cinco minutos después. Por fin hablé, me soltaron. La camisa rota, un pómulo inflamado, el labio roto, marcas –muchas- de macanazos en la espalda. Me levanté, me sacudí y le sonreí al viejo de la izquierda. Di las gracias a los policías. La gente desconcertada y a la expectativa. Mis amigas insistían en revisarme y reclamaban a los policías, yo buscaba la videocámara, quería revivirlo, verlo. Me decían que me calmara. “lo mejor es que te encuentras bien… suerte tuvimos de que no nos hayan detenido”. Esas frases y otras escuché muy brevemente del flaco cara de chamarra de piel abandonada en azotea. No grabó en lo absoluto, la batería no cargó. Volvimos a ser el centro de atención. Manoteos y gritos; no di crédito a explicación o justificación alguna. Los dejé hablando solos, me fui -partido en dos- buscando un taxi. Al paso me miraban. Nadie preguntó: si me encontraba bien, si necesitaba ayuda tal vez…. Somos resistentes, nos desensibilizamos día a día en estricto orden. Esperé unos segundos a que alguien abriera la puerta del taxi; no fue así. Me acomodé la camisa, me medio peiné y subí al taxi. Me largué sin querer saber más. Le dieron un nueve de calificación a la cómica gallardía descrita y medio actuada; lo extrovertido dio fundamento a los renglones –temperamentales- de la bitácora. Igual una llamada de atención larga y aburrida de la maestra.
Años después repetí el experimento. Cero cámaras. Me tocó responder desde mi trinchera. Un taxi me atropelló y el taxista fue el que me dejó hablando solo. Ahora que lo veo, fue el elemento –idea- inicial y final del primero. Respondía a su existencia el uno del otro. Tenía que pasar. Aun sin videos los veo.

Xorn -Art Bob-