Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

jueves, 28 de enero de 2010

Vieja estación de Tren Xalapa


Invitación 1982 (Interior)


Invitación 1982 (Exterior)


Nota: el arte es de mi padre.

Ortográfico equino


… Estaba en una carrera de autos –campo traviesa- al menos eso parecía. Mucho lodo y carros de grandes motores por doquier; este lugar se encontraba cerca de una calle de otro sueño. Noté a unos amigos de la secundaria entre la muchedumbre, identifiqué sobre todo a uno. Por cierto a su papá lo mataron –a balazos- a las afueras de un centro comercial; era policía, detective, agente, judicial... no sé. La cuestión, un jugador de futbol americano volaba literalmente a un lado mío, alguien le había dado un golpe fatal. Entonces la gente se alarmaba, no subían a sus autos. Optaron por cargarlos (una lógica razonable para ese momento) y corrieron hasta ya no verse. Mi amigo “Pedroza” –el del padre muerto- me jaló de un brazo para después empujarme adentro de su auto (nosotros no lo cargábamos), arrancaba. Viajabamos a gran velocidad. En el interior del auto había chicas en todos los sentidos. El camino de terracería ponía adrenalina; podía ver como las piedras –pequeñas- chocaban contra las llantas, "ya valimos madres" –dije-. Mi amigo se hundía en las risas. De pronto una estampida de caballos salvajes Mustang venían hacía nosotros, decidimos saltar todos del auto. Corríamos temerosos.
Qué alivio, una montaña de cubos de arena y alfalfa; escalé escapando de los caballos parlantes (recuerdo haberlos visto decirse algo). A la mitad de mi escape utilizaba los mismos cubos para atacarlos; algunos Mustang comenzaban a trepar. Arrojé dos –cubos-. La Montaña tambaleó, una mala idea. No sólo atacaba a los caballos Mustang -el más decisivo en darme alcance, el Mustang Burbuja- sino también a Pedroza y a las chicas sin sentido… En la cima de la montaña vi una gran muralla de ladrillos. Atrás de ésta se encontraba un parque de diversiones, –todo el tiempo fue oscuro- muchas luces; la poca gente que estaba ahí no dio cuenta de mi riesgo y temor. Lo que se encontraba relativamente cerca es –Caution: los objetos pueden aparentar estar más cerca de lo que parecen- una atracción jamás vista, un posible columpio rosa; iba y venía lentamente. Unos niños se mantenían muy cerca de él (la proximidad no tiene fundamento aquí), no eran participes del juego aunque, su posición al punto casi estático fue siempre alrededor del columpio. El vaivén de esa máquina producía una sensación de dejarte ir. Quizás esa misma sensación –terminé de entenderlo- seducía a los niños.
Logré cruzar el muro. Mi cuerpo se transformaba en una caja; arrastrándome por uno de mis cuatro lados entré a un castillo –encantador y vacio- de abundantes escaleras. Sentía la presencia de alguien. Una sombra diminuta me atormentaba. Otra sensación le designaron ser mi guía, así que subí, bajé, subí… fui lento.
Tropecé en una reina miniatura, ella tenía intenciones de matarme, mas mi amiga sensación -ahora parecía más intuición- me llevó a un auditorio repleto de estudiantes de colegio prestigiado. Iniciaban una exposición de cohetes u artefactos explosivos. Simpáticos todos. Es distinto ver mi cuerpo desde afuera convertido en una caja, es estar adentro de algo que eres tu mismo… de ahí los dedos de mi intuición me tocan, me llaman.
Llegué a una terraza. Dos enanitos templarios de piedra se pican los ojos entre sí. Los piquetes formaban sus gestos. Los dedos de la sensación comunicaron a una de mis tapas que ¡No!

8:30 AM. Ya deber estar fumando el cuarto o quinto cigarro, enojadísimo, recargado en el auto. Bah, él no sabe nada de cajas.

jueves, 21 de enero de 2010

Entrevista mágico alquímica misteriosa Sr. Moore (Parte 2)


Desnudo bajando una escalera. Marcel Duchamp

Así que tienes este encuentro surrealista entre la ciencia y el espiritualismo en aquel entonces, y también un efecto increíble sobre el arte. Picasso estuvo muy inmerso en su juventud en el hachís y el ocultismo. La imaginería de Picasso donde tienes a gente con ambos ojos en un lado de la cara es un intento de, casi como de intentar crear o aproximar, un punto de vista en cuatro dimensiones de una persona. Si estuvieras mirando a alguien desde una perspectiva de cuatro dimensiones, podrías ver el lateral y la parte delantera a la vez. Lo mismo sucede con el "Desnudo Bajando una Escalera" de Duchamp, donde tienes este tipo de imágen múltiple como si la forma estuviera siendo proyectada a través del tiempo, según desciende la escalera.


Cuanto más atrás vas, más se internan los artistas en lo oculto. Te admito que esto es algo que por mi parte contemplo desde una perspectiva cada vez más loca, pero a veces parece que no hay tantas cosas que no provinieran de la magia. Mira a los músicos. Gustav Holst, quién hizo "Los Planetas". Trabajaba según principio cabalísticos, y estaba bastante obsesionado por la Kabbalah. Alexander Scriabin: otro obsesionado con la Kabbalah. Edward Elgar: tenía su propia visión personal guiándole, de forma muy parecida a como la había obtenido Blake. Beethoven, Mozart, ambos presuntamente pertenecían a organizaciones ocultas masónicas. La ópera fue una invención enteramente alquímica. Los alquimistas decidieron que querían diseñar un nuevo arte que fuera la forma de expresión artística definitiva. Incluiría todas las otras formas del arte: canción, música, disfraz, arte, actuación, danza. Sería la forma definitiva de arte, y se utilizaría para expresar ideas alquímicas. Monteverdi fue un alquimista. Sólo tienes que echarle un vistazo a las óperas tempranas y ver cuántas de ellas tratan sobre temas alquímicos. El Anillo. La Flauta Mágica. En todas estas cosas, hay a menudo temas alquímicos que las atraviesan, implícita o explícitamente.


Y luego está el propio Doctor Dee. Una de las primeras cosas que hizo, fue utilizar efectos especiales para espectáculos. Obtuvo su reputación como diabolista haciendo... supongo que era una especie de Industrial Light and Magic del Siglo XIV. Se le ocurrió alguna obra clásica, que necesitaba de un escarabajo gigante volador. ¡Y se le ocurrió como montar el escarabajo gigante volador! [Ríe]. Pienso que eso influyó más en que lo etiquetaran como diabolista que ninguno de sus experimentos posteriores con ángeles. Nadie entendía todo eso que estaba haciendo con entidades enoquianas, eso no les preocupaba. ¡Pero había disparado a un hombre al aire! [risa] Así que tenía que ser el diablo o algo así...


Dada la gran cantidad de gente de todos los campos que parecería tener un órden del día mágico, es aún más extraño que la magia sea considerada con tanto desprecio por cualquiera que se considere un pensador serio. Pienso que la mayor parte de la gente que se considera un pensador serio tiende a asumir que quien se dedica a la Magia debe ser algún tipo de lanudo místico tipo New Age que se cree cada horóscopo que lee en el periódico. Eso impediría dar a la idea de la Magia cualquier credibilidad intelectual. Es extraño, parece que tienes un mundo en el que la mayor parte de nuestra cultura está muy influída por la Magia, pero en la que casi tenemos que mantener el pretexto de que no hay tal cosa como la magia, y que tendrías que estar loco para estar implicado en ella. Es algo para los niños, o para los californianos, o para los Lunáticos de la New Age. Esa parece ser la percepción, y aun así, cuando apenas rascas la superficie en algunos campos, te encuentras con que la magia está por todas partes.


Arthur: Tienes toda una serie de argumentos respecto a una historia secreta de las artes...


Probablemente lo acabaré escribiendo uno de estos días: El Gran Libro de la Magia del Tío Al...


Bueno, hay unos cuantos libros de kabbalah/autoayuda en el mercado estos días...


Imagino que si hay una inundación de libros ahí fuera, se deberá probablemente a que alguien pensó, hmmm, kabbalah: Madonna ha hablado de ello, debe estar de moda. Tengo este libro de recetas tirado, me pregunto qué pasaría si lo rehago y lo llamo el Libro de Recetas Qabalístico. O, "tengo esta idea de autoayuda, si lo reagrupo con los Sephiroth quizá pueda venderlo". Probablemente funciona así. Habría ver qué queda cuando se asiente el polvo. Estas cosas probablemente son sólo el estilo de moda a lo occidental. Dale otros seis meses y a todo el mundo le habrá dado con terapias de gritar y descargarse. O estarán haciendo submarinismo.


No se me ocurren muchos artistas, músicos, directores de cine, poetas, etcétera, contemporáneos, que estén muy afiliados o lo estén a un nivel profundo, con ideas y prácticas esotéricas. ¿Por qué ahora los artistas se encuentran divorciados de algo que parece haber jugado un papel tan importante en el pasado?


Supongo que la gente en los tiempos modernos, por lo general, se siente divorciada de todo. Pienso que para mucha gente de mi generación, atravesar los 50, los 60 y los 70 fue suficiente para convertir a la mayor parte de la gente en ateos confirmados.. Sé con certeza que fui ateo durante una gran parte de aquel periodo de tiempo, principalmente como reacción contra la religión organizada. Los excesos de la religión organizada han alienado a una cantidad enorme de gente durante estos últimos 20-30 años. Pienso que para un montón de gente, la actitud hacia la espiritualidad o la magia es una forma de actitud desplazada respecto a la religión que se les forzó a tragar cuando eran niños. "Sí, recuerdo la espiritualidad, era esa cosa con la que las monjas nos intentaban golpear en la escuela Católica", y esas cosas. [ríe suavemente]


Así que sí, la gente tiene aversión a permitir que haya un elemento espiritual en sus vidas. Al mismo tiempo, si no lo haces, hay un tipo de especio que se llenará con algo. Hay alguna forma de vacío ahí, que puede percibirse quizá como una dolorosa incertidumbre. Mis padres, o mis abuelos, que vivieron un par de guerras mundiales y algunos días realmente oscuros, pienso que a pesar de todo había más certidumbre en sus vidas. Hasta 1960, la gente de alguna forma entendía dónde encajaban las cosas. Era una forma de entendimiento que era de un tipo totalmente equivocado, y se basaba en cosas como el sistema de clases inglés, pero pienso que la gente tenía esta idea en la que estaba la Familia Real y el Gobierno, y estaban gobernando el país. Y Dios gobernaba el universo. Todo estaba en su lugar, y todo estaba bien. Pero durante los 60, quizá, después de la segunda guerra mundial, después de Auschwitz, después de Hiroshima, debió ser difícil. Dios se había llevado una cierta paliza. Debió resultar un poco más difícil creer en un creador supremo, benigno y compasivo, después de las cosas que sucedieron en los 40. Y por supuesto la Iglesia y el estado, hemos tenido tantos clérigos y líderes corruptos, que nadie tiene fe ya realmente en la gente que nos dirige. Y no hay Dios ahí.

lunes, 18 de enero de 2010

Historias de cumpleaños



La edad es una variable: ya no tengo veintinueve años.
En un tiempo yo pensaba que la naturaleza enfática de las palabras aseguraba la verdad. Si podía encontrar las palabras precisas lograría, con sólo la voluntad necesaria, escribir todo lo que era cierto. Desde entonces he aprendido que las palabras no son más válidas que la mente que las elige y que la ausencia de toda prosa es, por lo tanto una forma de engaño. Elegir con cuidado excesivo es caer en la pedantería, cerrar la imaginación a visiones más vastas; pero errar en el sentido opuesto es invitar a la mente a la anarquía. Así pues, si lo que me propongo es develarme a mí mismo, prefiero hacerlo por mis opciones más que por mis accidentes. Sé que algunos dirán que los accidentes, como productos de la mente inconsciente, son lo interesante, pero, a medida que escribo, lo que ha de seguir me pone en guardia. Hay demasiados puntos oscuros. En este comienzo tengo pues que recurrir a la tediosa pedantería. Necesito escoger con cuidado mis palabras. Quiero estar seguro.


Nota: Te ha pasado algunas ocasiones que, en un día cualquiera, por ejemplo pasado mañana encuentras sin buscar; a mí muchas veces. Sí, hojeaba, y en la página 11 de La Afirmación de Christoper Priest, ajá, el mismo que Nolan le adaptó The Prestige (El gran truco)… aquel que leí hace mucho y que hoy me recordó que pronto ya no tendré 29 años, entre otras cosas. Gracias casualidad.


Lana y Superman -Art Bob-


La catrina de Evalium -Art Bob-


domingo, 17 de enero de 2010

Los cielos de la sinrazón




Desde hace muchos años, por razones que no vienen a cuento, soy entendida en el arte de los filtros y pócimas; así pues dediquéme a la busca de yerbas indispensables para el destilado de las sustancias que turban los sentidos y engendran visiones; luego a fabricar cielos y a sumir en la inconsciencia a todos los anacoretas de esta región. Ahora viven todos en activo y santo sonambulismo y soy yo la capitana de los dormidos. Comprende: ellos viven en la santidad, yo me hago cargo de las culpas.
Galaor: “Comprendo que es infame privar de la voluntad a estos decepcionados ansiosos del paraíso…”
Urganda: “¿No me crees buena?”
Galaor: “Te sé artera”
Urganda: “Contigo no lo seré, tú elegirás. Mira, te dejaré una pócima que te hundirá hasta el paraíso, y podrías optar entre morir de sed o someter tu voluntad a los sueños apacibles y gozosos de la sinrazón.”
La farmacéutica aproximó una pequeña jarra con un líquido rojizo a la jaula de Galaor.
Urganda: “Dentro de tres días cuando el sol vibre en el cenit, comprenderás mis buenas razones y preferirás el sueño al martirio; la obligada penitencia iluminará tu débil entendimiento y comprenderás cuán bondadosa ha sido la masiva intoxicación de estos desdichados… En todo serás un anacoreta que martiriza su carne; que no sea tu voluntad reducirte a pagar tus pecados, es lo menos importante… Pero, bien visto, ya que te ves forzado a la última mortificación, arrepiéntete de tus pecados y prepárate para subir a la gloria de la sinrazón interna, placentera, incoherente.”

Nota: Inicio con esto lo que vendré haciendo de vez en vez, es decir, postear pequeños fragmentos de novelas, escritos, ensayos, etc. Que me han –y me siguen- volando los sesos… Galaor de Hugo Hiriart; también altamente recomendables: Discutibles fantasmas y Sobre la naturaleza de los sueños del mismo autor.

sábado, 16 de enero de 2010

Lista de Nicks 2009. Por la interpretación del discurso y las necesidades “inconscientes” de plasmar quienes somos


Choquilla, Fantasía psiquiátrica, El universo se viste provocativamente, Un tranvía llamado Marlon, Galería exquisita de villanos, Sissorjuanz, Litlle bastard, Tan tranquila que se ve, y está bien loca, Deberían darme el guión y 70 millones de dólares…, Johnny Deep as morro, inventando que sueño, Octopus garden, Réquiem for pepe, Cosechando paciencia, Estiércol seductor, Deja vu, Estrellas ninjas de papel, Valiant 72, La ignorancia no pasa de moda, Gelatina de pata, Solipsista, El elefagente secreto, Lucy, la sensación del DF, Dr. Strange love, Von Doom, Nirvikalpa Samadhi, Obras completas del Profesor Spota, El placer de cocinar a milhouse, Chismográfo , El recuerdo de mi viaje a Marte no suena convincente, Es una historia que va muy bien hasta que se revienta un frasco de mostaza, Dr. Parnassus en cine utopía, Detective de hotel, Te lo juro estaba loquísima ¿no? Agarraba cada onda, qué wow!, Divisiones para cuchillería, Las chicas malas del padre Méndez, Coqueto señor Jung. Claro sólo los insensibles no se brotan, Solía sentarse allí y maldecir su propia estupidez, Kafka Tamura, ­Fuera de serie –Los acentos son para los débiles-, Es una ricachona. La criaron las sirvientas, Domingo azul, Servidumbre humana, Todos mis circuitos, Los atardeceres privilegiados de la Tec. 3, Cine radio, Y además es imposible, Ghost dog, 5 de chocolate y 1 de fresa, Paty Boyd criogenizada, Veruca Salt, Queens Boulevard, San Juan Star, Estúpida de cabello morado, The miedo, Sirvientes extraordinarios, Cantimplora, Muerte estudiantil, Observen las lindas alucinaciones, Oyente verde, Rachael and the revolvers y Alquimia para novatos.

jueves, 14 de enero de 2010

Instructivo de paracaídas caseros por Luís Sánchez Bandala

1. Busca un mono ligero, de preferencia que carezca de articulaciones, si es de plástico sería increíble.
2. Abajo del lavabo de tu mamá hallarás la colección imposible de bolsas del “súper” de tu mami. Búscate una bolsa de chedraui. Cerciórate que esté seca y que no contenga sangre de algún filete o retazo de chuleta.
3. Dile a tu primo al que no le tiembla el pulso que dibuje un círculo lo más perfecto posible sobre la bolsa; al mismo primo pídele que corte el círculo de la bolsa (la pericia de su pulso es majestuosa).
4. Dirígete al cuarto de costura de tu abuela paterna, toma la aguja nueva. De inmediato pincha un número considerable para las mordazas de tu paracaídas; regrésate al cuarto de tu abuela y toma hilo, sería recomendable que éste también fuera nuevo.
5. Amarra con nudos resistentes cada una de las mordazas; las caídas de los hilos las sujetaras a las extremidades de tu valiente amigo.
6. En la casa de tu abuela paterna está el techo más alto del barrio, sube ahí. Antes de arrojar a tu gallardo mono no olvides hacer los correspondientes dobleces al paracaídas –la bolsa- hasta que veas un rectángulo pequeño a su espalda –la del mono-.
7. Ahora sí, arrójalo hasta el sol.
Nota: Fragmento extraído del cuento Absenta. También tiene su adaptación en cortometraje, ése vendrá algún día.

Entrevista mágico alquímica misteriosa Sr. Moore (Parte 1)

Como apuntó el autor Daniel Pinchbeck en el debut de la revista Arthur el pasado otoño, la magia está en marcha en el mundo. No importa que pienses que la magia es una potente metáfora, que es una noción de la realidad a ser tomada literalmente, o un autoengaño voluntario propio de perdedores gafotillas y amas de casa New Age. No importa. La magia está aquí, ahora, como fuerza cultural (Harry Potter, Buffy, Sabrina, El Señor de los Anillos, los Jedis y por supuesto, Black Sabbath), como parte de nuestra retórica diaria, y quizá, si así son tus preferencias, como algo verdaderamente perceptible, del mismo modo en que amor y sufrimiento son reales y aun así imposibles de cuantificar; experimentados por todos pero no tenidos en cuenta por el dogma del materialismo estricto en el que la mayor parte del Primer Mundo afirma "creer". La Magia está aquí.


Es la estación de la bruja. Y se podría argumentar que el personaje más "famoso" que practica abiertamente -brujo, mago, chamán- en Occidente es el autor de cómics británico Alan Moore. Puede que conozcas a Moore por el cómic de los 80 Watchmen, una magníficamente oscura historia, exquisitamente estructurada, que fabricó junto al artista Dave Gibbons, y que analizaba entre otras cosas a los superhéroes, la América de Nixo, el argumento de que "el fin justifica los medios", y la naturaleza del tiempo y del espacio. Watchmen fue un éxito de ventas y crítica, ganó numerosos premios, y convirtió al larguirucho Moore con su aspecto de Rasputín en una semiestrella pop durante un par de años. Watchmen reintrodujo la carita sonriente en el léxico visual, con el rastro de sangre con forma de aguja de reloj limpiada cuidadosamente por la escena rave de finales de los 80 y principios de los 90. La Rolling Stone retrataba amorosamente a Moore; fue invitado a talkshows de la televisión británica; era acosado en convenciones de comics; y tuvo una mención infame en la canción "Pop Will Eat Itself".


Retirándose horrorizado ante el estatus de celebridad que se le había endilgado, Moore dejó de aparecer en público. También desapareció de la industria del cómic, empeñado en perseguir proyectos creativos que tenían poco que ver con el horror, la fantasía, la ciencia ficción, y hombres adultos con capas. Algunos de estos proyectos, como el ambicioso Big Numbers, fracasaron; otros fueron éxitos de impulso retardado, que tardaron años en producirse, como From Hell (la novela gráfica de Jack el Destripador, de Moore y Eddie Campbell), Voice of the Fire (la contundente primera novela de Moore) y La Liga de los Hombres Extraordinarios (un inteligente jugueteo con historias de héroes victorianos en cómic, dibujado por Kevin O'Neill); y algunos otros fueron cómics de género hechos de buena fe, para pagar el alquiler y recuperar ciertos estándards de narrativa para un género (los cómics de superhéroes) en decadencia.


La fama de Moore se ha alzado en los últimos años, parcialmente gracias al abrazo de Hollywood. Este verano [2003] vimos la aparición de la segunda película basada en un cómic de Alan Moore, "La Liga de los Hombres Extraordinarios", con un presupuesto de 100 millones de dólares y protagonizada por Sean Connery. Pero tal como sucedió con la simplificación radical de los Hermanos Hughes de "From Hell" en 2001 (protagonizada por Johnny Depp y Heather Graham), la Liga sólo tendrá un parecido superficial a los comics en los que se inspiró. Esto se debe tanto a las típicas maquinaciones de Hollywood como a la absoluta inadaptabilidad de los cómics de Moore, trabajos pensados para ser cómics, y punto. Incluso Terry Gilliam no era capaz de ver forma alguna de hacer una película con Watchmen. Los cómics de Moore están atados a los atributos peculiares y maravillosos de los cómics tanto como es posible.


Los cómics son en sí donde llega la magia. El medio del cómic es una de las pocas industrias del entretenimiento masivo abiertas a gente en que se encuentran abiertamente temas que son considerados muy raros, que dan miedo, o que posiblemente son peligrosos. Alejandro Jodorowsky, más conocido por películas fuertemente ocultistas como "El Topo" y "La Montaña Sagrada", ha estado haciendo cómics felizmente en Francia durante décadas. La industria angloamericana ha estado siempre abierta a este tipo de gente; de hecho, Steve Moore (sin relación) y Grant Morrison, han estado haciendo magia mucho antes de la inmersión de Alan Moore en 1993 en estas prácticas. Los comics, al parecer, atraen o alimentan a los magos y al pensamiento mágico. Quizá es que la forma, líneas representativas en una superficie, está atada al primer arte visual permanente: las pinturas en las paredes de las cuevas en lo que probablemente eran disposiciones chamánicas/ritualísticas. En otras palabras: escenarios mágicos. Entendido de esta manera, el interés de escritores de cómics y artistas en la magia y el chamanismo parece hasta lógico.


Para Alan Moore, como deja claro la conversación impresa debajo, esto no es sólo cosa de teoría, historia, o un interés antropológico distante. Es su realidad. Conforma su vida diaria, y lo que genera artísticamente; lo que en años recientes, ha sido una cantidad prodigiosa de cómics (su serie Promethea, ingeniosamente dibujada por J.H. Williams III, es de lejos la mejor), ensayos en prosa, grabaciones de estilo musical spoken-word, y espectáculos mágicos (uno de los cuales, un tributo a William Blake, tuve la suerte de ver en Londres en el Queen Elizabeth Hall en Febrero del 2000). No llegué a conocer a Alan Moore entonces, pero pude entrevistarle más adelante aquel año por teléfono. Hablamos durante dos horas y media. Más bien, Alan hablaba y yo hacía interjecciones o comentarios ocasionales. Lo que vi es que Alan no habla con frases completas, ni párrafos completos. Habla como ensayos completos, con estructura lógica, recompensas internas, bromas laterales, breves digresiones y fuertes conclusiones. Reducir y condensar estas charlas tan llenas de entretenimiento y sabiduría no sólo era estructuralmente imposible, sino, en definitiva, indeseable. Así que aquí hay miles y miles de palabras del Señor Moore, con escasas interrupciones, ensambladas desde aquel primer maratón en Junio del 2000 y un segundo en Noviembre del 2001. No se preocupen, estas conversaciones no han perdido vigencia. Estaban adelantadas a su tiempo. Su momento es ahora.


Porque Black Sabbath sólo nos contó la mitad de la historia. Hay otros propósitos para la magia, olvidados durante mucho tiempo...


Arthur: ¿Cómo se desarrolló tu interés en convertirte en un mago? ¿Cómo ha afectado ser un mago a la forma en la que desarrollas tu trabajo?


Alan Moore: Brian Eno destacó que muchos artistas, escritores o músicos, tienen una especie de miedo casi supersticioso de entender cómo funciona lo que hacen para ganarse la vida. Es como si fueras un motorista y te aterrorizase mirar debajo del capó por si desaparece. Creo que mucha gente quiere tener un talento para escribir canciones o lo que sea y piensan, bueno, mejor no analizo esto muy de cerca o podría ser como montar en bicicleta, si paras y piensas en lo que estás haciendo, te caes.


En fin, no creo para nada en esto. Pienso que sí, que el proceso creativo es maravilloso y misterioso, pero el hecho de que sea misterioso no lo hace incognoscible. Todas nuestras existencias son realmente precarias, pero la mía ha sido hecha considerablemente menos precaria entendiendo de alguna forma cómo funcionan realmente los procesos de los que dependo. Ahora bien, mi entendimiento, o el entendimiento que he deducido de la magia, podría estar correctamente equivocado hasta donde yo sé. Pero mientras los resultados sean buenos, mientras el trabajo que estoy haciendo bien mantenga mis anteriores niveles de calidad o, como pienso que es el caso con un par de estos trabajos mágicos, exceda estos límites, bueno, no me voy a quejar.


Arthur: Trabajas principalmente con cómics, lo cual es interesante, habiendo tantos magos implicados en las artes visuales en el siglo pasado. Austin Osman Spare, Harry Kenneth Anger, Maya Deren. Aleister Crowley pintaba y dibujaba.


Crowley se lamentaba de no ser un mejor artista visual. Fui a una exposición suya, y bueno, algunos de los cuadros funcionaban porque tenían un sentido del color realmente extraño, pero... hay que decir que la cuestión de interés principal era que eran de Crowley. Pero sí, está realmente toda esta gente: Kenneth Anger, Maya Deren, Stan Brakhage, Harry Smith. Y si empiezas a mirar más allá de los confines de los que se autodeclaran magos, se hace a cada momento más difícil encontrar a un artista que no fuera inspirado por una organización oculta o por una escuela oculta de pensamiento o por alguna visión personal.


La mayor parte de los Surrealistas estaban muy metidos en lo oculto. Marcel Duchamp tenía una profunda relación con la alquimia. "La Novia Desnudada por Sus Solteros", está relacionado con una formulación alquímica. Lo confesaba, se refería a ello como trabajo alquímico. Dalí fue grande en muchas cosas, incluyendo una chifladura escatológica y cuasifascista, pero también estaba profundamente involucrado con lo oculto. Hizo una baraja de Tarot. Muchos de los Surrealistas estaban inspirándose en la imaginería alquímica, o en la del Tarot, porque la imaginería oculta es quizá un precursor natural de un montón de las cosas en las que se estaban metiendo los Surrealistas.


Pero no tienes que ir tan lejos realmente, hasta los Surrealistas. Con todas esas bonitas cajas rectangulares, pensarías que Mondrian sería racional y matemático, y estaría tan alejado de lo Oculto como fuera posible. Pero Mondrian era un Teosofista. Utilizó las enseñanzas de Madame Blavatsky; todas esas cajas y colores tenían el sentido de representar relaciones teosóficas. Annie Besant, la Teosofista de más o menos finales del siglo pasado, publicó un libro en el que había llegado a la idea, novedosa en su tiempo, de que podías representar algunas de las energías abstractas a las que se refería la Teosofía mediante formas y colores abstractos. Había mucha gente en la comunidad artística que estaba tomando ideas de lo oculto y de la teosofía, leyeron esto inmediatamente y pensaron, vaya, ¿se podría, no?. Y nació el arte abstracto moderno.


Unas de las principales ideas ocultistas de principios del siglo pasado, que es también interesante debido a que era una idea científica, fue la noción repentina de la cuarta dimensión. Esto se hizo muy grande en la ciencia a finales del Siglo XIX y principios del XX, debido a gente como estos matemáticos victorianos excéntricos; Edwin Abbot Abbot (tan bueno que le pusieron dos veces el nombre) que escribió el libro Flatland, y también C. Howard Hinton, que era amigo cercano de William Gull, que más o menos aparece en From Hell, y que publicó el libro, "¿Qué es la Cuarta Dimensión?".


Y así, 'la cuarta dimensión' se convirtió en un término de moda a finales del siglo pasado, y hubo este extraño encuentro de científicos y espiritualistas, debido a que los científicos y los espiritualistas ambos se daban cuenta de que muchos de los fenómenos clave del espiritualismo podían explicarse por completo apenas invocando la cuarta dimensión. Dos maderas de materiales distintos, dos anillos de madera, de distintos tipos de madera, pero que podían entrelazarse. Presumiblemente. Esto fue algún tipo de magia, del estilo ilusionismo. La idea de la cuarta dimensión podría explicar eso; ¿cómo puedes ver dentro de una caja cerrada, o de un sobre cerrado? Bueno, podrías, en términos de la cuarta dimensión. Tal y como las criaturas tridimensionales pueden ver dentro de un cuadrado de dos dimensiones. Lo están mirando desde arriba, desde una dimensión que los individuos de dos dimensiones no tendrían.
Nota Psiquiátrica: A veces estos detalles dan mayor sentido a las cosas y de no ser así, al menos se dimensionan los sentidos.

miércoles, 13 de enero de 2010

Conquistado por la cotidianidad

Estábamos parados en el alto, mientras que dos extranjeros gavachos, para el caso dos “estrellas” del baloncesto capitalino cruzaban la calle inquietos; uno de ellos con un cierto brillo en su rostro oscuro. Pronunciaba un inglés vulgar por su tono y su mediático contenido. Decía algo a otro en la camioneta, al costado izquierdo. A la derecha, el joven y no tan joven grupo espectador rugía. Su indecorosa manía de ampliar su lenguaje arquetípico con leyendas tan flojas como: “el miércoles todavía es de ellas”.
Ya en avanzada y sobre la avenida le comento que, esos dos son como “pequeños extraterrestres” en un planeta de seres más pequeños que ellos; no son más que desechos del sur y en nuestras brújulas apuntan al norte. “Guerreros” carentes de anécdotas en relación a una honorable batalla, y quizás uno que otro ladino rijoso con una amplía y perturbada razón de seguir siendo reconocido, considerando que sus primeros destellos se hicieron presentes en la casualidad de un nuevo siglo que para su malestar intangible acabó desde hace mucho. Buscamos lo que encontramos, –le decía- Respeto y admiración es lo que les ofrece este “pedazo de planeta” a la dupla y al resto no presente. En sus duelas y espacios, impensable despertar euforias, y mucho menos reinventarse en lo que no siquiera fue creado. Son fugaces figuras, figuras públicas que no necesitan interpretar a los demás. Los conquistados por la cotidianidad celebran a sus héroes.
No se pueden exigir estandartes dignos a aquellos que buscan las estrellas en el suelo; en siluetas estereotipadas de pasiones que ni son las suyas. Simple sublimación del inconsciente colectivo hurtado.
Continuaba –“yo me convierto en lo que tú crees que necesitas y tú me ofreces lo que no entiendo pero que necesariamente creo merecer”- Si pudieran interpretarse y hablarse, algo así se dirían. No se angustien, hay una sola cosa que comparten indiscutiblemente. Su vacio.

Allen y el malestar en la cultura

Héctor vino a la casa, traía consigo unos ensayos de sus compañeros de clase -Ciencias de la Comunicación- sobre la actual política en México. Desde el principio sabía que esto iba a ser divertido; le pedí que me leyera el peor de los mejores. Eran malísimos, y por consiguiente muy risibles. Citando algunos fragmentos, decían: “como jóvenes tenemos que decidir el rumbo del país, ya ven que hasta el ejército nos protege” “los políticos de México son como las fuerzas de intereses de ellos… Es la maldad de otros gobiernos, como el de Hitler”.
Acompañados –todos- de increíbles e imposibles faltas de ortografía, redacción y congruencia. Una carencia absoluta de sentido común y de realidad. –eso sí muy graciosos- Él leía uno, yo otro, –no parábamos de reír- criticábamos la proximidad de éstos a ser quienes llevarían las riendas de los medios de comunicación.
-¿Será posible seguir retrocediendo, involucionando?
-… Yaa, no mames como si fuera algo nuevo, esto siempre ha sido mierda, nomás que ahora apesta y grueso.
Ideamos una parodia en la que Héctor lograba una entrevista con Woody Allen, para mostrarle unos ensayos que pudieran ser inspiración en sus siguientes films.
Allen entre en preocupado, ansioso, deprimido, aburrido, enojado y desconcertado decidió leer dichos escritos. La cara de Allen pasaba de un gesto de amargura a una discreta sonrisa, lograba una breve carcajada. A continuación explota en risas, se va al piso desgobernado. Su pequeño cuerpo parecía convulsionar; los grandes lentes yacían tirados. El trabajo que le entregó este muchacho es notable, al grado de romper el llanto basado en risa del notable director.
-Humor ambiguo, simple, bizarro y sobre todo tan cotidiano ¡Esto es comedia, comedia pura señores! –Gritaba Allen, mientras Héctor lo observaba sobresaltado y extrañado.
-¡Le compro todos! –Dijo Woody, secándose las lágrimas expuestas de la brutal jornada de carcajadas antes sueltas.
-Pero Señor Allen, no son tratados de comedia, son fines reales…
-Es muy gracioso pero ya basta, me ha convencido le compraré todos.
-No me entiende, son respetables puntos de vista. Considere, esto le ayudará a tomar nuevos riesgos en su honorable profesión.
-¿Qué dices? Tratas de decirme que esta basura es una lógica. Resultado de una frustración narcisista de una sociedad plenamente neurótica e histérica. Eso es lo qué tratas de decirme, ¿eh? –El Señor Allen se sentía completamente ofendido y engañado, lo peor es que no lo había notado hasta ese momento. Eso lo frustraba culposamente.
-¡Largo de mi oficina mierda incivilizada y nunca más se pare por aquí! ¡Entiende!, no vuelva a traer su asquerosa vida escrita y la de sus congéneres. Razones y motivos están allí para que sepamos los orígenes de nuestra desgracia. No son más que unos ignorantes, carentes de alma, cavernarios, ordinarios, supersticiosos, rastreros, mezquinos, incapacitados de talento y creatividad; insensibles, intolerantes, rupestres, insensatos, pobres de intelecto, acomplejados, etc. Pero oiga, le compro todos.
PD.
Dedicado con todo mi corazón y mis tripas al “sistema”.