Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

sábado, 6 de agosto de 2011

Conciencia del inconsciente

Si la conciencia subjetiva prefiere las representaciones y opiniones de la conciencia colectiva y se identifica con ella, los contenidos de lo inconsciente colectivo son reprimidos. La represión tiene consecuencias típicas: la carga energética de los contenidos reprimidos. Se suma hasta cierto grado* a la del factor represor, con la cual la efectividad de éste aumenta proporcionalmente. Cuanto más crece su carga, cuanto más adquiere la actitud represiva un carácter fanático y más se aproxima a la conversión en su puesto, es decir, una enantiodromía. Cuanto mayor es la carga de la conciencia colectiva, tanto más pierde el yo su significación práctica. Es absorbido, podríamos decir, por las opiniones y tendencias de la conciencia colectiva y surge de ese modo el hombre masa, que siempre está entregado a un “ismo”. El yo sólo mantiene su independencia si no se identifica con uno de los contrarios y logra mantener el equilibrio entre ellos. Pero esto es posible si se tiene conciencia de ambos a la vez. Es cierto que no sólo sus líderes sociales y políticos hacen que tal equilibrio resulte difícil, sino también sus mentores religiosos. Todos quieren la decisión a favor de una cosa y con ello la identificación total del individuo con una “verdad” necesariamente unilateral, Aun cuando se tratara de una gran verdad, la identificación con ella sería de cualquier modo una catástrofe, pues obstaculizaría todo evolución espiritual posterior. En lugar de conocimiento se tiene entonces convicción, lo que a veces es más cómodo y por lo tanto más atrayente.


*Es muy probable que los arquetipos posean en tanto instintos una energía específica que no es posible llegar a quitarles. La energía propia del arquetipo no basta normalmente para elevarlo hasta la conciencia. Para este fin se necesita un determinado quantum de energía que fluya de la conciencia al inconsciente, sea porque la conciencia no emplea esa energía, sea por el que arquetipo lo atraiga por sí mismo. El arquetipo puede ser despojado de esta carga adicional pero no de su energía específica.


C.G. Jung “Arquetipos e inconsciente colectivo”




Nota: Tratando de explicar en analogías y realidades, tal cual realizaba el Master Jung, entendamos al consciente colectivo como las generalidades ya otorgadas, la alienación, el no derecho al individualismo y sí, mucho al hecho dado, digerido. Diferencia con la conciencia individual, la cual nos equilibra, nos protege, regula (el instinto), construye nuestro Self. Ahora, consideremos que cada palabra (símbolos) significa algo distinto para cada persona, aun compartiendo los mismos antecedentes culturales; su significado no se verá allanado, mientras que su significación presentará variables inducidas por su religión, política, ética, psicología, etc. Al final arquetipos.
Y como mencionaría más adelante en esta misma obra, los sueños como materia de la psique, lo que construye el inconsciente, esa que nos habla en los sueños y sus símbolos. Los sueños no son un hecho superfluo y secundario del hombre.

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