Y el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza (y no al contrario), mientras que Dios -sin saberlo- antes creó la imperfección llamada hombre para luego el hombre crear a la –“perfecta”- máquina que terminaría por desplazarlo haciéndole creer que Dios en realidad no existe (“el hombre es Dios”), no dando cuenta que la imperfección de esa creencia hizo que convirtiera a la máquinas en su único Dios: Deus ex machina
domingo, 23 de febrero de 2014
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