Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

domingo, 21 de julio de 2013

Histriónico




Y el lugar estaba repleto de mujeres, niñas, féminas. Todas ellas en largos vestidos de gala. Parecía que celebraban nuestra llegada; nuestros pasos firmes sobre lo que parecía una alfombra que no llevaba a ningún lugar. Las manos de las chicas querían alcanzarnos, sus manos que al verlas más de cerca eran pálidas, muertas hubiera llegado a considerarles si no fuera porque les veía agitadas,  habidas de tocarnos, llevarnos. Algunas de las mujeres nos reverenciaban, pensé que no era para tanto, sin embargo me gustó la sensación de saberme deseado, pensado como un objeto del deseo. Y tal fue mi vanidad que me quise ver en sus ojos; me acerqué a una de las niñas que corrían presurosas a nuestro encuentro, sus vestimentas del preclásico me inquietaban. Los pequeños tirantes ponían al descubierto unos hombros huesudos, sus carcajaditas combinaban   con la fragilidad de sus huesos. Regresé a los ojos, me busqué en ese rostro verdoso, su parpadeo apresurado no me dejó verme.

El negro, sólo pude verme en el negro.

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