Tiempo

El tiempo es mi mejor amigo y mi peor enemigo. El tiempo ambiguo del esquizofrénico, el tiempo que fumas, el tiempo que soñamos, el tiempo viajado, el tiempo obsesivo felizmente vivido por un servidor y otros más; el tiempo otorga el valor… valor para hablar de comics, de ideas, de “absurdos delirantes”, de parodia, de cine, de intentos, de música, del fin del mundo, de playas vírgenes ochenteras suicidas. En fin, el tiempo es quien definirá este rollo que hoy mismo inicia e incita a la banda a que lo visite, lo juzgue, lo ame, lo odie o las dos cosas. La pertenencia digital me quitaba el sueño.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Las platónicas: Brittany Murphy





Brittany, la difunta Brittany. Mi primer encuentro con ella fue en ese infumable producto cinematográfico en donde la protagonista es amiga de la hija de un Tyler, ella se convirtió en la amiga íntima del adolescente de los 90, ¡Amazing!... ella es otra historia. Murphy era aquí una chica regordeta, desempeñada en el estereotipo de la no chica curvilínea, la no chica tonta pero que desea serlo, yo creo que eso me atrapó, me gustan las negadas; y esos ojos grandes, profundos que profetizaban una triste despedida. Me suelo enganchar con tristesreiterativahistorias.
El café siempre ha sido un color que se lleva bien con el pálido sentir, Brittany lo supo bien y para el caso lo vimos en la elección de sus siguientes trabajos: comiendo pollos rostizados en la inocencia interrumpida de labios Jolie y del corto y sensual cabello de Ryder (su cleptomanía y belleza será efecto de otro día), de adicta hiphopera (seguiré con la firme idea de que las mejores actuaciones son el derivado de transferencias en los papeles, roles. Sí, hasta que un día se materializan); en realidad esta chica me siguió marcando terreno, se agradecía a la novia en turno ver películas cursis en las que como protagonista iba la Murphy ¿Te acuerdas que comenzábamos a tener cierto aprecio por la comida japonesa? Ahí siempre seguro, viéndola con el corazón derritiéndosele en las manos llenas de sangre y ocultas y a la par, dándonos su mejor sonrisa. Ni el marido y el mejor amigo de éste pudieron resistirse a la tentación de esas piernas delgadas, a la esquizofrenia quizá fingida que en besos convencía. Brittany en blanco y negro, de tu sangre en blanco, de tu adicción en blanco, en mis negros recuerdos te tengo como novela gráfica.

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