La promesa: el mago nos presenta algo común, un mazo de cartas, un pájaro, un hombre. Nos muestra un objeto, quizá nos pida que lo examinemos, para que veamos que es real, inalterado, normal.*
No sé si esto pudiese ser interesante para mi análisis. Fue un sueño muy común, parece no tener significación alguna en mi vida, claro usted es el experto, aunque no hay sueños comunes ¿o sí? Me siento muy extraño cuando me mira así, lo sabe. El silencio no es algo común, eso lo aprendí aquí. Está bien deje de mirarme, le contaré.
No sé si esto pudiese ser interesante para mi análisis. Fue un sueño muy común, parece no tener significación alguna en mi vida, claro usted es el experto, aunque no hay sueños comunes ¿o sí? Me siento muy extraño cuando me mira así, lo sabe. El silencio no es algo común, eso lo aprendí aquí. Está bien deje de mirarme, le contaré.
Una calle enorme, no la conozco, ni siquiera es parte de otro sueño. Camino, personas junto a mí siguen sus destinos, se me ocurre que igual no son felices, no estoy seguro de ello. Simples, son figuras simples, detalles simples: gente, edificios, autos, letreros, árboles, un cielo, un sol; no hay cambio alguno, insisto en mi andar. Le informo no saber a dónde voy, no me noto, siento o parezco cansado. Usted disculpará los abruptos cambios de mis tiempos, recordemos, el proceso de sueño no se rige en tiempos; disculpe de nueva cuenta la impertinencia pero es que he aprendido mucho de la materia. Independiente de esto, el sueño es muy plano, normal. Otro detalle, éste tal vez le parezca interesante: en mi andar comencé a contar las mujeres que allí deambulaban, ¿para qué perdería el tiempo (otra vez el tiempo) contando soles o nubes? de éstos como le dije sólo había uno y el cielo era completamente azul. Los hombres parecen no interesarme. Encontré un sentido, propósito. Mujeres en su mayoría: bocas rojas, cabello corto o largo, niñas, adolescentes, maduras, estéticas, podría ser éticas, no histéricas. Imposible que me inmutara. El sol no me otorgaba energía, ellas lo hacían. Mis piernas rápido se movían. Quiero enfatizar lo normal de esto, lo real, bueno lo cuasi real del sueño, me comprende. Es todo, y en el sentido tradicional no hay nada “mágico” en su contenido, usted dirá.
El giro: el mago toma el objeto común y lo convierte en extraordinario. Ahora bien, uno busca el secreto pero no lo encuentra, porque, claro está, no miramos. Uno no quiere saber. Uno quiere… que lo engañen. Pero aún no aplaude, porque hacer desaparecer algo no es suficiente.*
Como tuvo a bien apuntar, ningún sueño es un rasgo simple, vago. El sueño es una magnificencia, una realidad que cohabita en nuestros inconscientes. Para muchos individuos -llamados por la sociedad alienada: orates, enfermos mentales, la rotulación que desee- ese espacio se funde en su realidad, otorgándole un refugio -una infinita simbología- obvio está, interpretados en significación social o individual, arcaicos o particulares. Una primera revelación, quizá es el adjetivo propio para estos tiempos de descomposición social. Impetuosamente diríamos señor que, propiamente su sueño creó un mundo simple, pero a la vez extraordinario en contrariedad con su sentir, mágico sí así queremos llamarlo. Intuye un beneplácito al saber -creer- la tristeza en otros, cerca, pero fuera de usted. Ahora bien la intuición es irrealidad, al menos hasta poder comprobar lo contrario a lo pensado, a lo premeditado. Pero no me mire así, no es un trucaje, es su sentir. No deje de mirar hacia adentro, no se niegue.
Como tuvo a bien apuntar, ningún sueño es un rasgo simple, vago. El sueño es una magnificencia, una realidad que cohabita en nuestros inconscientes. Para muchos individuos -llamados por la sociedad alienada: orates, enfermos mentales, la rotulación que desee- ese espacio se funde en su realidad, otorgándole un refugio -una infinita simbología- obvio está, interpretados en significación social o individual, arcaicos o particulares. Una primera revelación, quizá es el adjetivo propio para estos tiempos de descomposición social. Impetuosamente diríamos señor que, propiamente su sueño creó un mundo simple, pero a la vez extraordinario en contrariedad con su sentir, mágico sí así queremos llamarlo. Intuye un beneplácito al saber -creer- la tristeza en otros, cerca, pero fuera de usted. Ahora bien la intuición es irrealidad, al menos hasta poder comprobar lo contrario a lo pensado, a lo premeditado. Pero no me mire así, no es un trucaje, es su sentir. No deje de mirar hacia adentro, no se niegue.
Por otro lado, el tiempo es inevitable para el estado físico, el tiempo mental se perpetúa, no obedece a un finito, de ahí su andar sin motivo alguno, pareciese. Aprovecho para reconocerle su instrucción en el universo de los sueños. Continuando, la figura del Sol, la simbología del Sol, es la representación del rey, el omnipotente y dador de vida; no niega su existencia pero la recrimina, lo hace único entre un cielo azul, limpio, inconexo a esta realidad. No olvidemos el árbol, aunque no sea un elemento primordial de su sueño éste representa a la madre tierra, y sí, considerando el grupo de mujeres de las que dice interesarse son su ánimus, su Tierra, su propio Mundo, su percepción femenina del mundo, de la que tal parece depende –se compone- en demasía. Abstracta diría la idea de la histeria, sin embargo primordialmente significativa, y la negación de su propia histeria por consecuente. La histeria como el malestar que le impide.
La prestidigitación: uno debe hacerlo aparecer nuevamente.*
Parece que hemos rebasado el tiempo de nuestra sesión. Si desea podemos partir de aquí en nuestro próximo análisis, considerando otros símbolos no descritos. Pero no me mire de esa manera, sea comprensivo no conmigo, sino contigo. Responda ¿Le pasa algo? ¿No le gusta lo que mira? Haga el favor de pararse y retirarse.
La prestidigitación: uno debe hacerlo aparecer nuevamente.*
Parece que hemos rebasado el tiempo de nuestra sesión. Si desea podemos partir de aquí en nuestro próximo análisis, considerando otros símbolos no descritos. Pero no me mire de esa manera, sea comprensivo no conmigo, sino contigo. Responda ¿Le pasa algo? ¿No le gusta lo que mira? Haga el favor de pararse y retirarse.
Es verdad, no puedes caminar; en realidad no estoy hablando con ningún analista, psiquiatra o psicólogo. Creo que estoy de vuelta, el efecto del fármaco ha pasado. Estoy hablándome aquí, desde más de hace una hora viéndome al espejo, escuchándome e interpretándome. Sentado, sentado en esta silla de ruedas y con estas piernas que un día ya no quisieron moverse.
* The Prestige, Christopher Nolan
* The Prestige, Christopher Nolan
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